domingo, 8 de diciembre de 2013

Una sesión de belleza sin querer

Usualmente me escuchan (o leen) decir que tengo un problema con mis uñas muy molesto: todas tienen rayas. Están rayadas, tienen zurcos, en fin que no me dejan aplicar un esmalte con algo de dignidad. Mi estilista me dijo que es un problema que ya no se quita. Incluso sé cómo quitarlas temporalmente, pero siempre me he negado a limarlas por encima. Hasta ahora que tuve mi graduación y no quería tener problemas con la aplicación del esmalte, así que sin querer terminé haciéndome un manicure completo.

Ésta foto es de Semana Santa 2013 (sí, este año) y se notan las rayas por debajo del esmalte
Me decidí a deshacerme de las rayas y limas a la obra, usé la más fina que tengo y que se usa para perfilar la orilla de la uña, para la parte superior de las uñas no es lo suficientemente fina y raya un poco la uña, pero mis manos requerían medidas extremas (y he olvidado comprar una lima mucho más fina para este fin).

Después usé la lima de dos pasos que viene en el maletín de Konad, un lado pule la superficie de la uña y saca la mayoría de las rayitas (notar: rayitas, no rayotas), el otro le saca brillo a la uña, puliéndola como si fuera un espejo.

Limpias, sin rayas, brillantes


Pero estaba a mitad de este paso cuando decidí cortar las cutículas, como en ocasiones anteriores ya lo he hecho, crecen un poquito más de la cuenta. Al estar cortando la del dedo índice derecho, me excedí con el corte y terminé sangrando como si fuera una gran herida, así que antes de pasar a los pasos siguientes me hice una curación y dejé ese dedo pendiente.Este dedo tuvo que esperar un poco para ser pulido totalmente.

Aún herida, no debo perder el nivel kawaii
Por último apliqué aceite hidratante para manos de Oriflame, al poco rato de haberlo aplicado me puse un exfoliante para manos de Oriflame y los dejé actuar. Prefiero los exfoliantes comprados que los caseros, primero porque es más sencillo sólo abrir y usar, segundo porque por alguna razón funcionan igual. Mis manos duraron un día entero suaves e hidratadas, sin necesidad de usar crema para manos o algún aceite que reforzara la hidratación.

Antes y después de todo este proceso, lavé mis manos con un jabón exfoliante que tiene aroma a flor de cerezo y que está a punto de acabarse, lo compré en San Antonio el año pasado y sé que lo voy a extrañar cuando se termine.

Así que sin querer  terminé haciendo un bello manicure. Usualmente no hago esto, limar se me hace la parte más pesada en el mundo de las uñas. Pero los resultados son muy gratificantes. ¿Ustedes han terminado haciendo toda una sesión de belleza sin querer?

Nos seguimos leyendo.

Tenshi

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